La gamificación es una herramienta para resolver problemas y conseguir objetivos específicos mediante el poder que, sin ninguna duda, nos proporciona el estado de estar jugando. Pongo la mano en el fuego de que todos en algún momento de nuestra vida hemos estado bajo el efecto de ese estado. Te invito a que pienses el momento al que me refiero, un periodo de nuestra vida donde le hemos dedicado bastante tiempo a algún juego o nos hemos dado cuenta de que el tiempo había pasado muy rápido mientras jugábamos. A juego no me refiero solamente a videojuegos, sino a cualquier cosa que se le llama juego (Apunte: otro tema interesante de qué hablar para un futuro post: qué características hacen de algo un juego😉) 

El juego que has pensado podría ser el Monopoly o el Candy Crush, juegos de éxito conocidos por todos. Esos juegos están diseñados para entretener, creados para lo que son, juegos. Ahora bien, si pudiéramos contar la cantidad de tiempo invertido en ellos, seguramente podríamos hablar de x minutos/x horas diarias o mensuales. No me atrevo a dar un número exacto, la verdad, porque depende de cada uno pero lo que está claro es que a todo el mundo le gustan los juegos, y para gustos colores. Hay quien prefiere los juegos de puzzle, otros que prefieren los juegos de rol, otros los de carreras, es decir, hay un montón de tipos de juegos para los gustos de cada uno. 

El caso es que ese estado que hemos podido experimentar, es lo que llamo el poder de los juegos, básicamente, porque es una especie de poder que nos envuelve completamente, nos aísla de la realidad y nos sentimos realmente motivados con la misión que el juego nos propone. 

La motivación es un aspecto importantísimo para la creación de un sistema gamificado. Yu-kai Chou, pionero de la gamificación es el creador de Octalysis, el octágono de la motivación. Yu-kai Chou nos habla de 8 unidades básicas dentro de Octalysis y nos dice que sin ninguna de ellas en un sistema gamificado no hay motivación y por lo tanto la acción no llevará a ninguna acción. Y precisamente lo que queremos es que haya acción y si viene de dentro de la persona, aún mejor. 

Por tanto lo que pretende la gamificación es utilizar eso tan poderoso que hay en los juegos que nos influye a tomar acción, para conseguir así unos objetivos específicos externos al juego. Eso es gamificar. Dicho coloquialmente, es un sistema que utiliza cosas de los juegos para que se vean como tal, sin ser juegos en sí, para conseguir objetivos que son externos a él. Un ejemplo podría ser, crear un sistema utilizando elementos de juego para conseguir que las personas reciclen más. 

La misión que a mí, personalmente, me da motivación es que la gamificación llegue a los contextos culturales. En un post hablo de la importancia de un cambio en los conciertos de música clásica usando la gamificación. ¿Te lo puedes llegar a imaginar? Yo sí lo hago y estoy formándome y trabajando duro para conseguirlo, manteniendo el respeto hacia la esencia de ese tipo de conciertos, que en sí, ya son de las mejores experiencias que alguien puede vivir en la vida.