LA INDUSTRIA MUSICAL: DESASOSIEGO PERMANENTE
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En internet encuentro mucha información sobre emprendimiento
y negocios. Los títulos: “Cómo vender más”, “Cómo conseguir clientes”,
“Estrategias para vender tus productos o servicios”. ¿Te suena? Yo lo leo muchísimo, hay miles
de páginas con títulos de ese estilo. Y dicho esto, ¿Es acaso la industria musical
comparable con otros sectores y se rige por las mismas reglas? No me
contestes aún.
¿Qué características tienen la mayor parte de los proyectos musicales?
La mayoría de los proyectos musicales son más que un intercambio de servicios por
un valor monetario entre dos partes (público, entidades, empresas…). Es decir,
no siempre se inician ni se mantienen por intereses económicos, y muchas veces
sobrepasan los intereses personales. Y por no hablar de su valoración, la cual
es compleja y profunda. (Lo veremos a
continuación)
Bueno pues pese a todo eso, el sector cultural, como
cualquier otro, se rige por un mercado. Un mercado que es llamado: (redoble de tambores)
El mercado de los bienes y servicios culturales.
¡Eso es! Este
mercado es muy amplio y en él encontramos dos tipos de productos, los tangibles
(cuadros, CD, partituras, libros etc.) y los intangibles (conciertos,
performance etc.). Yo voy a hablar de los intangibles, que son los que me
interesan.
El mercado de los bienes y servicios culturales es muy variado
y heterogéneo, lo que es totalmente demostrable, ¿Hay acaso dos conciertos que
sean iguales? (Mmmm… ¿no?)
No dudes, porque no los hay y es por esta razón por la que,
como os he dicho más arriba, la valoración de un proyecto musical es tan
compleja, ya que los productos no son siempre exactamente los mismo ni por el
contenido ni tampoco por la percepción del espectador.
¿De dónde viene el problema en cuanto a su consumo en comparación con otros productos?
Es un mercado donde el consumidor o el público son factores
cruciales pues los proyectos musicales son bienes de experiencia, por lo que es
necesario consumirlo para conocerlo y eso afecta mucho al proceso previo ya que
el público ha de invertir previamente, sin poder comprobar la calidad del mismo.
Es más, la realización y experimentación de los productos musicales hace que se
vayan formando las preferencias o gustos del consumidor, y para llegar a eso el
público tiene que consumir (y es un bucle
infinito, pues si no consume no se forman los gustos, sin gusto no se decide
voluntariamente y por placer, asistir a un proyecto musical, por lo que no
tenemos un público fidelizado y así un bucle infinito)
Estas razones hacen que la industria musical viva en un
desasosiego permanente. El mercado de la industria musical está repleto de
competencias, y no solo culturales, sino también dentro del mercado del ocio (donde también se enmarca la cultura). En
este mercado del ocio los productos culturales tienen que competir con las
actividades físicas, los deportes, los viajes, la formación, los videojuegos.
Todas estas compiten por ocupar nuestro tiempo.
No tenía
claro si decirlo o no, pero lo voy a decir, ¡sí! lo voy a hacer…
No es posible que, en concreto, la música clásica siga igual que hace 50 años. Eso no es posible,
porque precisamente las competencias que hay son muy amplias y están en ¡CONTINUA EVOLUCIÓN!
Hay muchas razones que hacen que invirtamos en un evento
musical, y están son algunas que yo considero más importantes.
Por una parte, que sea un evento organizado por una entidad que ya conocemos por haber
asistido a otros proyectos suyos. (Lo que
viene siendo, apostar por lo seguro, sin darle más vueltas. Si algo me ha
gustado para qué cambiar.)Ahora bien es importante que esa entidad que ya
ha conseguido fidelizar consumidores, siga manteniendo el nivel y teniendo muy
en cuenta el gusto y las preferencias de su público. (¿No crees?)
Y por otra parte, la importancia de las redes
sociales y de las opiniones que podemos encontrar en internet.
(Una
pequeña anécdota) Recuerdo el otro día, mientras iba a trabajar,
escuché en la radio que había una persona que estaba intentando dejar
definitivamente el móvil, es decir, vivir sin móvil. Y claro, aquí le surgen a
él muchos problemas tal y como contaba, ya que aún se encontraba intentando
conseguir que su banco le diera unas claves físicas para su cuenta, porque
claro, piénsalo, algo tan sencillo como eso, no es posible sin un teléfono móvil.
Muchos ánimos para el hombre de la radio.
Obviamente, en el mundo en el que vivimos, las redes sociales
e internet son una tremenda influencia para el público de un evento musical, el
foco podría estar, por tanto, en potenciar el marketing digital y de utilizar
otro tipo de acercamiento dónde el público pueda participar de forma activa.
Considero que la narrativa, el contar una historia que atrape al público es muy
importante, podemos hablar de narrativa transmedia o de cualquier forma que
permita una participación activa del público en el pre-evento, durante el evento,
y, por supuesto, post evento.
Subir un video del ensayo del concierto, es una buena forma
de hacer publicidad del evento, no obstante la participación es “pasiva”.
Pueden comentar, escuchar, ver parte del proceso (y eso es muy interesante),
pero nada más, ahí termina la participación. Una publicación en Facebook o en Instagram
puede tener 300 reacciones, pero de esas 300 personas que han reaccionado. ¿Crees
que todas ellas van a asistir a tu evento? ¿Qué porcentaje de esas 300
acudirán? Hay que hacer crecer la curiosidad, y las ganas de acudir. ¿Cómo? Un ejemplo que se me acaba de ocurrir: que
acudan al concierto para poder conocer el final de una historia que les haya
atrapado y en la que ellos se han implicado (pre-concierto) y que ésta tenga que
ver con el repertorio del concierto o con los músicos que interpretan, mediante
los cuales puedan conocer el final de esta historia (durante el concierto) y de
esta forma puedan seguir reaccionando (post-concierto).
Resumiendo, el mercado de la industria musical es un mercado
muy complejo ya que se tratan mayoritariamente de bienes de experiencia por lo
que el público no ve las características principales de cualquier proyecto musical
sin haberlo experimentado y al tratarse de una experiencia con contenidos
diferentes y dónde la percepción del público no es la misma, la valoración del
público se hace compleja. Es un mercado que tiene que convivir con mucha
competencia la cual está en continua evolución.
La innovación y el uso de nuevas herramientas como la gamificación y otras, pueden ayudar a que se creen
proyectos nuevos que permitan una evolución del sector, no solo en la trasformación
del propio evento, sino antes y después del mismo pretendiendo de esta forma
que el público participe mucho más activamente, desde una perspectiva nueva.
1 comentarios
Hola Mar. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. También estudié musica clásica y no entiendo como no se fomenta la creatividad, el montar espectáculos con fusiones y algo que el mercado esté dispuesto a pagar sin que no esté subvencionado por el sector público. Tienes un bonito blog!
ResponderEliminarMe encantaría saber tu opinión...